De paseo por el zoológico, frente a la jaula de los monos, Charles no pudo contener las ganas de hacer algunas monerías.
Luego de un buen rato allí, un niño que pasaba a su lado le arrojó un plátano y Charles chilló de alegría.
Desde ese día su teoría del origen de las especies cobro fuerza.
Me ha fustado mucho el cuento, no hay como un platano para un mono. Muchos exitos en este nuevo Blog, un fuerte abrazo mi amigo
ResponderEliminarGracias RC, Tinta Roja retomara la senda para la que fue abierto, era necesario abrir este blog.Gracias por pasar.
ResponderEliminarUn beso
Me atreveré a hacerte una sugerencia TR: dales formato de microrrelato a tus textos, es decir, quita los puntos susensivos y espacios cuando no sean necesarios, le dan una vista más seria al trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanta tu nuevo espacio TR para las letras, es un placer leerte también por aquí y te enlazo para no perderme nada.
ResponderEliminarUn gran beso y mucha suerte con este fantástico espacio.
Arwen
Gracias Baizabal toda buena critica es bien recibida.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Arwen, te has convertido en una amiga incondicional.Seas bienvenida a esta casa nueva minimalista.
ResponderEliminarUn beso
Se llevó el plátano por la 'monería' je je
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo
Vale, TR, ya estás linkeado desde mi blog con tu nueva dirección.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Hola Canoso, y descubrio nuestro origen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Pablo.
ResponderEliminarUn abrazo
Una monada de microrrelato. Lo siento, no pude aguantarme, así de mono soy.
ResponderEliminarBlogsaludos
Hola Serafin, me gusta la cuota de humor que le pones a tus comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo
TR, estupendo éste espacio que has creado para ir exponiendo tus fantasticos "microrelatos". Saludos.
ResponderEliminarGracias Anrafera.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay estudios con fundamento, claro que de eso no nos hacen participe, tu si lo has hecho, ja,ja. Me encantan
ResponderEliminarUn beso
Hola Cele agradecido de que estes aquí, todavia queda algun platano.
ResponderEliminarUn beso