Todo comenzó en aquél parque, comenzaba ya el otoño, recuerdo que hacia frio. Tal vez el querer volver los años atras, recuperar los años felices, me hayan llevado a cometer aquella locura.
Entre la neblina nocturna la ví , mis ojos se abrieron desmesuradamente, no lo podia creer, aquella hermosura estaba ahí para mi solo. Comencé a correr hacia ella desesperadamente, al llegar a su lado la abracé. En mi torpe ansiedad le quite a pedazos esa oscura y gruesa ropa que la cubria y ahi la tuve toda para mi solo, para el extasis de mis ojos. Me mostro su belleza, sin pudores, sin mezquindad, se entregó mansamente a lo inevitable.
En un relámpago de mil colores, comenzé a girar sobre ella, reia como un chiquillo, cuanto habia deseado aquello, cuanto.
Hoy espero mi sentencia, dice mi abogado que con una multa y trabajo comunitario por seis meses, saldré del lio en el que me he metido, el dueño del carrusel de aquel parque, retiraria parte de los cargos por asalto a la propiedad privada.
Tinta Roja
Buenísimo TR. Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchos besos y muyyyy buen fin de semana!! ;D
Arwen
Excepcional, TR. Bueno, bueno¡ Felicitaciones. Feliz fin de semana y un cordial saludo.
ResponderEliminarY es que las ilusiones infantiles jamás nos dejan tranquilos. Somos como niños, pero a lo grande.
ResponderEliminarBlogsaludos
Gracias por pasar Arwen.
ResponderEliminarUn beso
Gracias ANRAFERA, buen fin de semana.
ResponderEliminarUn abrazo
El niño siempre esta dentro nuestro.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Jesus eso sera algo que nunca podran hacer.
ResponderEliminarUn abrazo
En el fonde tenía al alma de un niño y no pudo resistirse... Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo sagitaire
Hola Canoso, es el eterno niño que llevamos dentro, que no deja de hacer travesuras.
ResponderEliminarUn abrazo
Un maravilloso e irremediable deseo que tenemos el querer volver a la niñez!!
ResponderEliminarEncantador relato...
Besos desde el abismo
Gracias por pasar abismo, ese niño nunca debe de dejar de hacer travesuras.
ResponderEliminarUn beso