De pequeño me enseñaron a no creer en las lagrimas de las mujeres, porque me decian que eran lagrimas de cocodrilo.
El otro dia me encontre a una mamá cocodrilo llorando frente al escaparate de una tienda, habia encontrado a su hijo hecho una reluciente cartera...me puse a llorar con ella.
No me creyó.
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