El frío del invierno hacia notar su rigor, nevando copiosamente.Luego de cenar, me sente en mi sillón preferido de la sala, al lado de la chimenea, el crepitar de los leños me invitaba a la lectura. Solo me quedaba por leer medio capitulo del final de aquel libro policial que me habia llevado por lugares insospechados en busca del asesino que ya estaba al caer.
Un fuerte ruido a madera quebrada, hace que despierte de aquella modorra causada por el calor del hogar,
el griterio dentro de la sala me sobresalta, totalmente confundido veo como dos policias esposan a mi mayordomo totalmente ensangrentado, grito pero nadie me oye.
Desde el techo de la habitación veo como brilla una daga clavada en mi pecho...
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